miércoles, 20 de febrero de 2008

Aproximación al sentido social y al sentido subjetivo de la educación.

Se ha establecido que el sentido es una realidad que se construye, distinta del significado, en cuanto al orden o nivel de interpretación de la realidad. Y se ha aceptado, también que el sentido se constituye al conjugar dos dimensiones de la interpretación de la realidad: una, es la dimensión subjetiva o personal de la interpretación significativa de una realidad concreta, que es determinada por situaciones y circunstancias, personales y contextuales, concretas, del receptor inmerso en esa realidad y en sus procesos históricos, sociales y culturales; otra, es la dimensión intersubjetiva o social del significado de la misma realidad concreta.
Las dos dimensiones de la interpretación significativa de la realidad que se conjugan en la constitución del sentido, personal y social, concurren en su producción a través de una mediación dada, en procesos de comunicación o de educación y, al considerarlas de esta manera, nos revelan diversos factores constitutivos del sentido integrados tanto a la dimensión personal, como a la dimensión social. ( Corrales Díaz, C; 1996 en Sobre la producción de sentido).
Los marcos de referencia personales, una lógica de significación o hábitus, las aptitudes para la comunicación, percepción, cognición y capacidad simbólica, con un cierto grado de desarrollo, concurren como constitutivos en la dimensión de la producción personal o subjetiva del sentido. En cambio, los marcos de referencia adquiridos y compartidos dentro del grupo social, la experiencia histórica compartida por el grupo, la dinámica social característica del grupo y la lógica de significación, resultante de los marcos de referencia, experiencia histórica y dinámica social, que implica una forma compartida, propia de la cultura del grupo, de significar la experiencia de la realidad y de elaborar significados; confluyen como constitutivos en la producción social o intersubjetiva del sentido.
Dentro de esa dimensión social, que implica la interacción con los demás, se crea la dimensión intersubjetiva del sentido a través de los discursos sociales, que toman presencia objetivada, de tres formas posibles dentro de la interacción social a saber: porque refieren realidades concretas de manera reiterativa, recurrente, hasta el punto de dejar huellas que son algunas de las bases de los sentimientos, representaciones y actitudes sociales, porque refieren realidades impactantes a través de los efectos que causarán a partir de las referencias debido a que son realidades cercanas (geográfica y temporalmente), familiares y conocidas, que modificarán el sistema de relaciones y porque toman algún formato que hace posible el manejo de los mensajes con un sello o valor específico: emotivo, evocativo (sugestivo, simbólico, y cultural), convocativo (exhortativo), provocativo (llamativo, atractivo y motivante).
En los procesos educativos concurren de manera cotidiana, formas y mediaciones de producción de sentido que exige el reconocimiento de esa doble dimensión constitutiva para el mismo y la aceptación, por tanto, de un proceso evolutivo, de desarrollo y transformación, de la persona que educa y de la que se educa. Una de esas formas es el discurso magisterial, otra la relación de comunicación educativa con la que se dinamiza la relación maestro-alumno-contenido u objeto de aprendizaje y, una más, el proceso de transformación significativa de la educación.
La construcción de sentido en un proceso educativo implica realizar dos procesos: uno de significación y otro de interpretación integrada de los significados generados: El primero está orientado a detonar, de manera intencionada y consciente, la generación de significados acerca de una determinada realidad y en el segundo se propicia y busca la interpretación de esos significados desde las dos dimensiones necesarias para producir el sentido: personal/subjetiva y social/intersubjetiva.
La construcción de sentido en un proceso educativo implica, también, varios reconocimientos de los que hay que partir o que han de lograrse en ese proceso:
  • Reconocer: que educamos sobre la realidad y a partir de la realidad, en un proceso de toma de conciencia,
  • Reconocer que en ese proceso de toma de conciencia descubrimos y reconocemos la realidad en que vivimos, con toda su problemática y contradicciones.
  • Reconocer, también, que sólo cuando identificamos esa realidad como nuestra realidad y nos responsabilizamos de ella podremos trascender nuestra situación y circunstancia y nos comprometemos a trabajar por su transformación .
  • reconocer que es posible trascender las circunstancias de la ralidad, si trabajamos unidos y en colaboración, buscando nuestra liberación en comunidad, con madurez comunitaria.



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